Combinando perfectamente colores: la armonía del color
La armonía se refiere a la coordinación de colores que coexisten en una composición. Esa coordinación se realiza partiendo de la participación de tres tipos de colores: El dominante, es un color neutro que ayuda a realzar a los otros colores, y es el que se utiliza en mayor proporción; el tónico, que es el de mayor potencia o el de mayor vida, y juega el papel de complementario del dominante; y por último, el de mediación, que es el que sirve de transición entre los anteriores.
Obtener armonía es mucho más fácil de lo que suena, de hecho existen varios esquemas que ayudan a encontrar de una forma muy sencilla los colores ideales que pueden cohabitar. Aquí presentamos algunos que pueden servir de guía si estás en el proceso de seleccionar una combinación de colores:
Colores de contraste: En el círculo cromático son los colores que se encuentran totalmente opuestos. La ventaja de esta selección es que al ser colores muy vivos, se dan mucha fuerza entre sí. Si se quiere lograr un impacto visual a través de colores, podemos guiarnos por este esquema.
Armonía de análogos: Se encuentran inmediatos al color principal en el círculo cromático. Al ser parecidos, la combinación es innata. Este efecto es muy visible en la naturaleza, por ejemplo en árboles con hojas de diferentes tonos de verde o algunas que parecen incluso amarillas.
Armonía de tres colores: Según este sistema, se eligen los colores que estén a la misma distancia el uno del otro dentro del círculo cromático. Cabe acotar que puede usarse el mismo método para cuatro, cinco, y más colores.
El contraste
Otra de las formas de composición de colores que existen es por contraste. Para crear una combinación de este tipo también hay fórmulas que nos permiten llegar a los colores indicados sin complicaciones, estas son:
Contraste de tono: Se trata de utilizar el mismo color como base, pero variando la luminosidad o la saturación. Por ejemplo, azul celeste con azul marino.
Contraste de claro-oscuro: Para este tipo de contraste se emplea exclusivamente la escala de grises, incluyendo al blanco y al negro.
Contraste de cantidad: Para lograr un contraste por cantidad, lo importante no es tanto el color si no la distribución. Se utiliza un color en una proporción mucho mayor que el otro, y esta disparidad es la que genera el contraste.
Contraste por complementarios: Tal como su nombre indica, se trata de usar colores que se complementen o algunos de sus derivados.
Fríos y cálidos: Otro de los lineamientos para conseguir grandes combinaciones de colores es el de la temperatura. Podemos distinguir entre colores cálidos (rojos, amarillos, rosas y blanco), que producen sensación de movimiento, animosidad y cercanía, los colores fríos son la otra parte del círculo cromático (azules, verdes, negro), que evocan calma y quietud, aunque también pueden producir sensaciones como soledad o tristeza.
Armonía del color
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